AYUDA

Una chica me ha dicho, o bien, me ha hecho una propuesta, según desde el punto de vista que se mire.
—¿Me ayudarías a morir?
—Sí.
Sin pensarlo dos veces la respuesta fue afirmativa. La razón es simple, si alguien no esta conforme con su existencia, no hay porque retenerla en el aquí, en el hoy, en el deber ser. ¿Qué, Cómo, Cuándo, Dónde y Por qué? La respuesta es obvia, no me importa.
Lejos o separado de toda regla ética o moral, de que la vida sea el derecho fundamental o básico que existe, o de leyes que estipulan que nadie puede ser privado de la vida mediante un juicio; simplemente respeto su decisión. Cada quien es libre de disponer de su existencia.
No le quise preguntar porque quería atentar contra su vida, menos las circunstancias, o los hechos que la han llevado a ese punto.
En un orden de importancia —en caso que lo tenga—, me pregunto que haré con su cuerpo. Al final de cuentas lo podría enterrar en cualquier lado. Por otro lado podría destazarlo, venderlo, manipularlo, disecarlo… no sé.