"ME SIENTO FEO"

Me desperte con la sensación de verme, contemplarme, admirarme en el espejo… para engañarme, y terminar diciendo que todo fue un sueño, una pesadilla; que la cena estuvo pesada: mentiras, mentiras, y más mentiras… el resultado, peor de lo que esperaba; la motivación de sentirme bien nunca llego.

“Me siento feo hoy”, fue la conclusion. Me acordé donde había leído estas palabras con anterioridad y, porque había llegado a sentirme como “El patito feo”. Estuvé a punto de la paranoia total, en la fijación de estar feo, feo, feo feo… hasta el infinito, tres vueltas de ida y de regreso.
Hipnotizado frente al espejo tratando de ver el reflejo de otro yo, pero nada… La salida (como excapatoria, pretexto y último recurso) más rápida, esconderme debajo de las sabanas y dormir nuevamente; o destruir el espejo. Caer en la analogía del cuento de “Blanca Nieves”. Sentí ganas de llorar (rara vez presento síntomas de esta enfermedad), de derramar lágrimas por algo y por alguien, que en este caso era mi cuerpo, yo, mi fealdad.

Ram escribió algo más: “en efecto,me siento feo porque me parezco a mi padre”, en mi caso sería a mi madre, por el parecido, pero, y si he de ser sincero, no me siento feo por eso, ni porque trate de huir de la sombra de mi padre, mi madre, al fin de cuentas cada día que pasa me parezco más a ella. Aunque tengo que reconecer, y sin que sea presuntuoso, ni madre no es fea, sino todo lo contrario.

Mi fealdad es otra cosa, el no aceptarme como soy; simplemente el no querer nada ni a nadie, ni a mí mismo.

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