UN SIMPLE INICIO
Siempre se reniega de uno mismo,
de nadie mas,
pero jamás dejaremos
de ser lo que somos…
—00KEN—
Tal vez mañana el génesis cobre fuerza y sea una venganza, la venganza total. Aunque el arrepentimiento (pesar), hace mucho que no forma parte de mi pensamiento. Se dice por ahí, que para construir algo, se empieza por la destrucción, aun cuando sea la propia. También se maneja, si es que esto es factible, la idea de que el ave fénix resurge de sus cenizas, y así toda la historia.
Las dudas son demasiadas, los cuestionamientos también, y por el momento no tengo respuesta certera de nada. He escogido el peor de los caminos, donde todo se derrumba paso a paso; los sueños, son sólo eso, y ya no tienen importancia, pues se han ido por el drenaje, allá donde las ilusiones descansan en paz, para siempre y sin regreso.
Todo esto es como la historia del hombre que se levanta, después de dormir, y lo primero que hace es ir al baño, pero sin imaginar y pensar que eso, será la perdida del todo, su muerte, la resurrección en algo más, el sueño del espejo.
No hay dolor más fuerte que la terquedad, la ceguedad de todo. El hombre —incluido yo— no acepta la ignorancia, por la cual sigue donde mismo, encerrado en la nada, o en su caso, frente a la computadora tratando de escribir mil historias. Todas esta palabras pueden sonar (si es que tiene ritmo y música), huecas, pero tienen su verdad, la cual duele. A veces dudo de todos estos conceptos implantados, y llego a pensar que todo es una mentira: yo, tú, él, ellos, ustedes, nosotros.
¿De qué sirve vivir? De nada. Todo es un conste sufrir, un dolor intenso que no se calma. ¿Para qué caminar, si todo te lleva a un mismo lugar?
La conclusión sería que la única verdad de ser y estar es la soledad. Todo lo demás es fantasía. Cierra, Abre, Cierra, Abre, Cierra, Abre. Corre, Para, Corre, Para, Corre, Para… y nada, y nada, y nada…
Sólo falta el final… que no quiere llegar.
de nadie mas,
pero jamás dejaremos
de ser lo que somos…
—00KEN—
Tal vez mañana el génesis cobre fuerza y sea una venganza, la venganza total. Aunque el arrepentimiento (pesar), hace mucho que no forma parte de mi pensamiento. Se dice por ahí, que para construir algo, se empieza por la destrucción, aun cuando sea la propia. También se maneja, si es que esto es factible, la idea de que el ave fénix resurge de sus cenizas, y así toda la historia.
Las dudas son demasiadas, los cuestionamientos también, y por el momento no tengo respuesta certera de nada. He escogido el peor de los caminos, donde todo se derrumba paso a paso; los sueños, son sólo eso, y ya no tienen importancia, pues se han ido por el drenaje, allá donde las ilusiones descansan en paz, para siempre y sin regreso.
Todo esto es como la historia del hombre que se levanta, después de dormir, y lo primero que hace es ir al baño, pero sin imaginar y pensar que eso, será la perdida del todo, su muerte, la resurrección en algo más, el sueño del espejo.
No hay dolor más fuerte que la terquedad, la ceguedad de todo. El hombre —incluido yo— no acepta la ignorancia, por la cual sigue donde mismo, encerrado en la nada, o en su caso, frente a la computadora tratando de escribir mil historias. Todas esta palabras pueden sonar (si es que tiene ritmo y música), huecas, pero tienen su verdad, la cual duele. A veces dudo de todos estos conceptos implantados, y llego a pensar que todo es una mentira: yo, tú, él, ellos, ustedes, nosotros.
¿De qué sirve vivir? De nada. Todo es un conste sufrir, un dolor intenso que no se calma. ¿Para qué caminar, si todo te lleva a un mismo lugar?
La conclusión sería que la única verdad de ser y estar es la soledad. Todo lo demás es fantasía. Cierra, Abre, Cierra, Abre, Cierra, Abre. Corre, Para, Corre, Para, Corre, Para… y nada, y nada, y nada…
Sólo falta el final… que no quiere llegar.
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