¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ?

¿Por qué callas?
¿Por qué gritas?
¿Por qué sufres?
¿Por qué ríes?
¿Por qué lloras?
¿Por qué mientes?
¿Por qué bailas?
¿Por qué bebes tanto?
¿Por qué vives?
¿Por qué desperdicias así tu vida?
¿Por qué eres un ogro?
¿Por qué eres un rebelde?
¿Por qué eres un amargado?
¿Por qué eres un enojón?
¿Por qué tan apático?
¿Por qué tan fatalista?
¿Por qué tan burlista?
¿Por qué tan chantajista?
¿Por qué tan vanidoso?
¿Por qué tan coqueto?
¿Por qué tan mujeriego?
¿Por qué no haces el amor?
¿Por qué no trabajas?
¿Por qué no juegas?
¿Por qué no amas?
¿Por qué no quieres?
¿Por qué no tienes dinero?
¿Por qué no tienes voluntad?
¿Por qué no tienes ánimos de vivir?
¿Por qué no buscas a tus amigos?
¿Por qué no hablas?
¿Por qué miras al cielo? ¿Por qué eres así, tan terco?
Ultimadamente ¿Por qué no te mueres? Es lo mejor.

No me dejan
lograr la paz,
están ahí siempre:
con una cuestión,
tras una respuesta.
Como si siempre hubiera
explicación para todo.
¡Sólo estorbando y molestando!
Cerrando todo, senda o camino.
¿Por qué? Porqué sólo preguntan eso.