INVENTARIO

Encontré que mi cuerpo estaba completo,
con los desbarajustes de siempre.
Nada nuevo…
Los mismos reumas.
Lo último, un enderezamiento de dientes.
Y rasguños que nunca faltan.
Un corte de pelo, nada extraordinario, al natural.
Ni más rico, ni más pobre.
Sólo yo.
El único incremento, en esta relación de bienes,
—si se le puede llamar así—,
ha sido mental:
Recuerdos, sueños y locuras.

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