“BORRÓN Y CUENTA NUEVA”

Expresé “Borrón y cuenta nueva”,
no sé cuantas veces —y me duele, porque era verdad—.
Mis palabras fueron rechazadas.
Un balde de agua fría recorrió mi cuerpo.
—Tú, estás solo.
Entendí que era un don nadie, que no podía pedir cosas.
Que mi existencialismo era moneda sin valor.
Era el momento de emigrar:
Preparé mis maletas y partí…
Ya no podía soportar tanta soledad.
Tantos recuerdos.
Planes y sueños frustrados.
Entregue las llaves… a nuevas inquilinas.
—No te vayas, puedes quedarte.
Rechacé su oferta y me despide con un adiós amargo.
—Les encargo mi casa.
—¿Volverás pronto?
—No lo creo, tengo que encontrarme.
La calle es eterna y ya proveerá.
Calmará la sed del hambriento,
y el hambre del sediento.