P 365: XXIII

Cada uno atended su propio destino…
Yo andaré con cien ojos en el mío.
Podría abandonarme y ser destruido por el hado.
Ser mi propio amigo entre enemigos.
Ya no caer en las lágrimas de una fémina.
Para que aferrarse a un recuerdo.
Buscaré otras puertas, de esas que ceden una vez.
Tocaré, tocaré, tocaré solo una vez.
Levantaré la mirada al firmamento en caso de no haber respuesta.
Y tratare de ser un idiota.

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