P 365: CLXXIV

Se le olvido que desde el principio todo era un juego.
Confió en que tenía la mejor carta.
Jaque mate. Jaque mate. Jaque mate.
A veces se pierde una batalla pero no la guerra.
Cada mañana esperaba su llamado y así poder rechazarlo.
Invitarlo a su cama y no permitir tocar su cuerpo.
“No te ilusiones entre nosotros no podrá haber nada más nada”.
Se le olvido que él la conoció en un congal bailando.
Y ahí, afortunadamente o viceversa hay más bailarinas.

Comentarios

Entradas populares