A la nada

Le escribo a la nada.
No estás ahí.
Es lo mejor.
Explayar todos los sentimientos sin que sepas nada.
Liberar el: ¿Para qué?
Que digan a quién se le escribe una carta.
Recordar el amor en el tiempo de cólera.
Una imagen de dos enamorados en la puerta de la muerte.
Tú, en la soberbia.
Yo, con mi ego echo pedazos.
Tus mejores informantes dirán que les hacía daño, y jamás vieron sus relaciones.
Reiteró: le escribo a la nada.
Fui tus (pocos) fines de semana.
Pero antes era/él alguien que necesitabas; un amante de madrugadas; el príncipe de noches doradas: un escape; fui: algo con quien suplir una necesidad: fui carne; tal vez poeta; un amigo o lo que sea.
Jamás un chalán, un albañil, quien quitará dos tornillos.
Fui sólo carne.
Le escribo a la nada.
Ahora no tienes que decir alguna palabra.
La regaste y lo sabes muy bien.

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